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Hace dos años, en mayo de 2022, usted y sus socios lanzaron Gaming Consultores. ¿Cuál es su análisis sobre el crecimiento de este exitoso proyecto y qué reflexión puede hacer sobre el aporte del fallecido Manuel San Román?
El fallecimiento de Manuel no sólo fue una pérdida para el proyecto en particular, sino también para la industria del juego en general. Su sabiduría nos hizo crecer y su aporte al crecimiento de Gaming Consultores fue muy importante. Lo sumamos apenas dejó su cargo en Mincetur y su adhesión al trabajo fue inmediata. Entendíamos que un actor de tal tamaño debía seguir vinculado y aportando mucho a la industria. Disfrutó mucho de este espacio y su llama permaneció encendida. Obviamente, es insustituible y por eso no hablo de suplirlo, sino de seguir sumando profesionales destacados para el fortalecimiento de GC. Nuestro progreso ha sido sostenido y afrontamos el desafío de la misma manera que originalmente nos impulsó a crear Gaming Consultores. El proyecto ha venido creciendo en parte porque los servicios que proporcionamos tienen un plus, ya que, en nuestra condición de ex reguladores del juego en LatAm, aportamos una mirada desde el punto de vista de cómo se posiciona y actúa el Estado en determinadas situaciones y esto es concluyente al momento de resolver la inversión a llevar adelante por parte de las empresas. Muchas de las compañías que recurren a nosotros lo hacen tomando en cuenta esa visión. En estos temas, somos lo suficientemente claros como para asesorar de manera profesional, indicándoles el camino a seguir para lograr los objetivos. Esto es producto de la trayectoria de cada uno de nosotros, que nos hace actuar con total transparencia y responsabilidad.
En lo referente a la regulación del juego en LatAm, parece haber una división entre políticas más abiertas y amigables con el empresariado, como en Colombia y Perú, y otras más cerradas (Uruguay), en proceso de ordenamiento (Paraguay) o con una creciente presión que busca controlar y restringir a la actividad, como sucede en algunas provincias de Argentina y en Chile. Desde su amplia experiencia, ¿qué evaluación hace de este panorama dispar en el continente?
Creo que el gran problema radica en que no hay políticas de Estado vinculadas al juego. El avance de los procesos regulatorios tiene más que ver con la impronta de los reguladores de turno y los apoyos que puedan recoger que con un objetivo concreto diagramado desde el Estado. Esto genera mucha incertidumbre y, en consecuencia, entrega muy pocas certezas. A eso deberíamos sumarle que hay una idea equivocada en ciertas sociedades de que regular implica fomentar el juego sin controles. Es un concepto instalado en algunas jurisdicciones y provoca que el desarrollo de la actividad se encuentre paralizado. Incluso, cuando se resuelve legislar, las medidas llegan tarde y están mal implementadas. No regular el juego o hacerlo de manera restrictiva sólo lleva al avance del juego ilegal y a que el Estado no tenga el control total de la actividad. En algunos casos, no hay un entendimiento claro del actual escenario y de los desafíos que se avecinan, para así poder anticiparnos e intentar recuperar el tiempo que se ha perdido.
Todo el mundo habla de Brasil, donde por fin se aprobaron regulaciones, tanto del juego online como de los juegos electrónicos. Aun así, quedan muchos desafíos por delante y un camino en el que los operadores internacionales están viendo cómo vehiculizar su participación. ¿Qué mirada tiene sobre este proceso y qué beneficios, en términos de incremento de negocios para la región, puede generar un Brasil regulado y en pleno funcionamiento?
Claramente, el tamaño del mercado de Brasil es determinante para afirmar que hay múltiples oportunidades de negocios. Hoy, existen operadores que han fijado como prioridad ingresar a Brasil, quizás desviando la atención de otros mercados. Durante años, Brasil ha generado mucha expectativa en cuanto a su proceso regulatorio y ahora finalmente está avanzando a pasos firmes. La industria esperaba y necesitaba esa evolución. El movimiento que genera Brasil nos permite afirmar que es, sin dudas, la gran noticia que la región y el contexto mundial estaban reclamando.
Estamos a pocas semanas de la cuarta edición de G&M Eventos Perú, un encuentro clave del sector, orientado al aprendizaje, el networking y los negocios, que convocará a más de 200 ejecutivos/as de la industria y tendrá destacados oradores. Usted tendrá una presencia importante en este evento. ¿Qué nos puede anticipar sobre el mismo y cuáles son sus expectativas al respecto?
Cuando en estas instancias se busca promover un excelente contenido y discutir la problemática real de la industria entre panelistas y público asistente, siempre es una muy buena noticia. Espacios académicos a cargo de profesionales reconocidos implican un gran aporte y una buena oportunidad para el aprendizaje, así como para la concreción de negocios. En ese sentido, G&M News lo ha entendido bien y ofrece una actividad de diálogo ida y vuelta entre ejecutivos que apunta en esta dirección. Como sucederá en junio en G&M Eventos Perú, generar insumos de calidad con actores de primer nivel potencia no sólo al evento en sí, sino también a la industria en general. Creo que éste es el camino a seguir, donde el contenido y la calidad de los expertos son aspectos clave. Ofrecer un producto de calidad es lo que busca este espacio y no hay dudas de que se conseguirá.
Mirando hacia el horizonte de aquí a dos años, ¿qué cree que necesita la industria del juego en LatAm, en cuanto a acuerdos entre el sector público y el privado, y relaciones más estrechas entre reguladores, operadores y proveedores, para seguir una trayectoria creciente de prosperidad económica, lucha contra la ilegalidad, responsabilidad social y desarrollo sostenible?
Soy un convencido de que la industria crece en conjunto con todos los actores participantes, independientemente del rol que ocupen en la actividad. Todos tienen mucho para aportar. Lograr un consenso entre las partes significaría un gran avance. Participación, apertura, escuchar a todos, legislar conociendo los diferentes puntos de vista son los ejes para impulsar el progreso del juego en LatAm. Como propuesta, creo que aquellos países que están en pleno proceso de ordenamiento de la actividad o que aún no lo iniciaron deberían establecer acuerdos con aquellas jurisdicciones que están a la vanguardia y que han resuelto de buena manera todo lo vinculado a la industria de los juegos de azar. También es relevante entender que, previo a resolver y legislar, se debería convocar a todos los actores vinculados o no al juego y generar un ámbito de discusión y de intercambio de puntos de vista, para que un proyecto impulsado por el Estado llegue con el mayor conocimiento y consenso posible.