La industria de los juegos de azar (y, en especial, el segmento de casinos en línea) está haciendo un gran esfuerzo por renovarse, ya sea para retener usuarios o bien para atraer nuevos. El cambio no se ha dado de un momento a otro, sino que ha sido sutil, comenzando por leves mejoras en la experiencia de juego hasta transformar al mismo casino en un lugar de entretenimiento más completo, donde ya no se trata sólo de ver cómo giran los rodillos.
Las propias slots ya incluyen historias y personajes, que hasta tienen sagas con continuidad en el relato. También se ha innovado en la jugabilidad, implementando mecánicas que rememoran clásicos del arcade o juegos móviles y nuevos tipos de bonificaciones. Asimismo, se han interconectado marcas, bonificaciones y jugadores entre sí. Esto provocó que la experiencia del usuario fuera más inmersiva, generando así un mayor compromiso de parte de los jugadores.
MÁS RECOMPENSAS, COMPETENCIA Y COLABORACIÓN
En este proceso de renovación, la industria utilizó dos herramientas propias de los videojuegos, sobre todo en el entorno móvil. Por un lado, está el concepto de ludificación (“gamification”, en inglés), por el cual no sólo es importante la ganancia, sino también el progreso en el juego y las recompensas continuas recibidas por los apostadores. Los juegos contienen potenciadores y logros desbloqueables que hicieron que cada giro de rodillo tuviera mucho más valor que sólo la potencial ganancia. Cada giro recompensa a los usuarios, los acerca a conseguir algo nuevo, los invita a volver a jugar una y otra vez.
Por otro lado, tenemos el factor social. Ya no jugamos solos; ahora, la experiencia de juego adquiere tintes competitivos y colaborativos, casi en partes iguales. Los usuarios compiten entre sí en torneos diarios o semanales. A la vez, pueden compartir jackpots comunitarios con valores muy altos a los que no se podría acceder jugando solamente con sus fondos.
No hay dudas de que toda esta innovación ha revitalizado a la industria. Es impensable imaginar un crecimiento usando la misma receta de los juegos de hace diez o quince años. Pero la pregunta obligada es ¿y ahora qué sigue?
INNOVAR PARA LIDERAR EL CAMBIO
De alguna manera, todo lo comentado anteriormente nivela a la industria de los juegos de azar con otras del rubro del entretenimiento, pero no le da la ventaja. Es necesario entender que la competencia no sucede sólo contra otro proveedor u operador, sino que es más ardua que nunca e incluye a las plataformas de streaming, los Esports y los juegos móviles o de consola, entre otros. Son modalidades que han demostrado un gran avance tecnológico, lo que lleva a que siempre suelan estar un paso más adelante.
Una vez más, entonces, nos preguntamos: ¿cuál es el siguiente paso? Se trata de ir más allá y entender las necesidades de los nuevos jugadores, quienes tienen a disposición muchos canales de entretenimiento más acordes a las nuevas generaciones. Aquellos que crecieron en los ‘90 lo hicieron con una consola hogareña o portátil. Seguramente, también tengan un punto de vista generalizado sobre los juegos de casino, donde el azar es el protagonista y la posibilidad de influir sobre el resultado es menor.
El siguiente paso, entonces, es apostar por nuevas mecánicas que permitan a los usuarios obtener ganancias en función de su rendimiento: los juegos de habilidad. Se trata de un tipo de juego en el que la habilidad de cada jugador es el factor determinante en las ganancias obtenidas. De esta forma, se abre una puerta que da lugar a una propuesta que combina lo mejor de los dos mundos. Aquí, todas las innovaciones que mencionamos al inicio aplican de igual manera y el contenido desafía a los jugadores a superarse a sí mismos, en un entorno más competitivo y social. Hay que animarse a cambiar e innovar. ¿Están preparados?