En el corazón del Caribe, la República Dominicana no sólo se destaca por sus playas paradisíacas y sus ritmos vibrantes, sino también por una profunda pasión por el béisbol, el baloncesto y el fútbol americano. Esta ferviente devoción se traduce en la asistencia a estadios, el seguimiento de los partidos por televisión e Internet, y en las apuestas, que son una parte intrínseca de la cultura deportiva del país.
Con un 94% de los jugadores locales centrando sus apuestas en estos deportes, el béisbol se alza como el indiscutible favorito. En una nación que ha exportado el 38% de los jugadores de la MLB en la temporada 2023, las apuestas deportivas se han convertido en un fenómeno arraigado. Durante la temporada 2023, las bancas deportivas, con más de 1.800 registradas, han experimentado un aumento del 70-80% en la afluencia, generando alrededor de $15.000 millones anuales (más de US$26 millones) sólo en la modalidad retail.
MULTIPLICIDAD DE OPERADORES
Entre los consorcios que dominan este escenario, aparecen nombres locales como Presidente, Merengue, Juancito, Gogo, JD, Dugout, Play, Bachata y Maxis, junto con la presencia de Betcris, el único operador internacional con licencia para trabajar tanto en formato físico como online. En base a esta fuerte cultura del juego, marcas internacionales como la española Sportium han comenzado a fijar su mirada en República Dominicana. Inicialmente, la firma ingresó en la modalidad retail y está proyectando su incursión en el mercado online. Estas marcas se suman al cambio de paradigma que busca aprovechar la rica tradición de juego del país.
En un esfuerzo por regular el mercado online y ampliar la oferta, se han llevado a cabo reuniones entre operadores y el Ministerio de Hacienda. La reciente revisión del borrador de resolución de juegos online apunta a brindar más opciones, tanto a jugadores como a operadores (locales e internacionales), con la licencia online establecida en $15 millones (unos US$264 mil).
Así, República Dominicana emerge como un prometedor destino para los operadores online, fusionando una arraigada cultura del juego con la adopción de tecnologías que permiten apostar las 24 horas desde la comodidad del hogar. La transformación del mercado dominicano promete ser un capítulo emocionante en la evolución de la industria del juego en el Caribe.