Actualmente, Chile está atravesando una situación que mantiene la atención y preocupación internacional debido a los ecos aún vigentes del estallido social y económico que se produjo hace más de dos años. Esto ha obligado al Gobierno a atender los reclamos de la población. En primera instancia, se planteó modificar la Constitución, medida que no fue acompañada en la votación por la ciudadanía. De todas maneras, el interés sigue enfocado en realizar los ajustes necesarios para impulsar el desarrollo y el bienestar de los habitantes de la República.
En lo concerniente al sector del juego, somos testigos de las acciones desplegadas por los principales grupos económicos que mantienen el dominio de la explotación de los juegos de casino presenciales en contra de las apuestas deportivas y el juego online. Desde mi punto de vista, estas acciones, y los argumentos expuestos para sostenerlas, demuestran el interés de estos grupos en mantener el status quo, con la clara intención de hacerse también del potencial mercado de las apuestas deportivas y el iGaming, segmentos en franco crecimiento.
Como respuesta, el Gobierno está emprendiendo una fuerte campaña para frenar esa expansión de las apuestas y el juego online, lo que afecta a las actuales empresas que están operando en el mercado. En esta línea, el Congreso de la República viene discutiendo proyectos de ley que buscan regular el negocio del online, mientras que se avanza con otros proyectos de ley para prohibir la publicidad de las casas de apuestas deportivas en los medios y en las camisetas de los clubes de fútbol profesional del torneo local. En simultáneo, las Municipalidades de diversas regiones de Chile proponen ejercer mecanismos de fiscalización para clausurar las salas de juego y apuestas sin patente (licencia). En los últimos años, esos establecimientos se abrieron en todo el país, principalmente debido a la gran demanda del mercado en el marco de la pandemia de COVID-19.
VACÍO LEGAL, ANÁLISIS Y DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD
En mi opinión, advierto que existe un vacío legal que favorece la explotación de las apuestas deportivas y el juego online. Frente a esta realidad, entiendo que, antes que plantear prohibiciones, restricciones y sanciones, las autoridades deberían analizar con mayor detenimiento este fenómeno, comprenderlo de manera integral y determinar, en base a ese estudio pormenorizado, las acciones más convenientes a seguir a fin de potenciar el desarrollo controlado del sector de iGaming legal en miras a los próximos años.
Dada esta coyuntura, comparto aquí lo que considero son los puntos clave para examinar el mercado y aprovechar la oportunidad que representa para los sectores público y privado.
1) Revisión de la legislación vigente. La proliferación de casas de juego y apuesta en todo Chile revela que hay un segmento de la población que viene siendo desatendido por años. Desde mi óptica, la legislación actual y los proyectos mencionados requieren ser revisados para generar un cuerpo legal que estimule una oferta controlada que cubra esa demanda insatisfecha.
2) Penetración de Internet e inclusión financiera. En LatAm, Chile es uno de los territorios que lidera en penetración de Internet, con más del 90% de la población con acceso a la web. Asimismo, fue el primer país que desplegó las redes de telecomunicaciones 5G. Así, hoy existen más de 25 millones de conexiones de teléfonos móviles a nivel nacional. En el sector financiero, Chile también es modelo de inclusión financiera en LatAm con más del 51% de penetración, siguiendo a Panamá, que lidera el crecimiento con más del 52%. En el caso de Chile, el sector bancario es aceptado por la población: más de 13 millones de chilenos tienen una cuenta de ahorros y más del 80% de este segmento bancarizado posee una tarjeta de débito.
3) El mercado potencial y el actual perfil del jugador. Por lo visto hasta la fecha acerca del progreso de las apuestas deportivas y el juego online, la estimación anual de ventas plantea indicadores de más de US$700 millones, con una proyección de crecimiento por encima de los US$2.000 millones para los próximos años solo en este sector. El jugador actual utiliza la cobertura de redes móviles y la alta tecnología disponible para acceder a las plataformas de juegos y hacer sus apuestas en los eventos deportivos de su interés, dedicando un considerable tiempo de ocio en el disfrute del portfolio de entretenimiento y apuestas que ofrecen esos sitios. En el caso de los juegos de casino online, el apostador de este segmento no está dispuesto a trasladarse varios kilómetros hasta el casino más cercano. De hecho, con el iGaming, ahorra tiempo y presupuesto. Los que asisten a los casinos presenciales suelen elegir salas de juego y apuestas cercanas a sus domicilios. Éste es un punto importante que debe ser tomado en cuenta en los proyectos de ley de regulación de la actividad.
4) Las políticas del Gobierno chileno no están en sintonía con lo que el mercado necesita para impulsar su desarrollo. Como expresé anteriormente, los esfuerzos del Gobierno están puestos principalmente en prohibir, restringir y penalizar la explotación de las apuestas deportivas y el juego online, sin tomar en cuenta que estas acciones producen el efecto contrario. Está claro que los chilenos seguirán apostando y que las plataformas encontrarán siempre la manera de continuar operando, lo que producirá el aumento de la ilegalidad. Sumado a ello está el hecho de la falta de una ley que aborde de manera integral el problema y aproveche la oportunidad actual, permitiendo la apertura del mercado hacia los inversionistas nacionales y extranjeros, y favoreciendo el desarrollo del sector en los próximos años.
5) Desaliento a la inversión internacional y pérdidas económicas. Prohibir la actividad del juego sólo generará la pérdida de las inversiones ejecutadas por las casas de apuestas hasta la fecha en diversos sectores, como en los clubes de fútbol profesional, que recibieron importantes ingresos por contratos de auspicios y que son necesarios en el plan competitivo y financiero para sostener el campeonato local. La suspensión de la inversión en pauta publicitaria también afectará a la economía y a la estrategia de negocios de múltiples compañías de apuestas deportivas y juego online. A la vez, podría generar la pérdida de miles de empleos directos e indirectos de chilenos que trabajan en la operación de diversas compañías nacionales e internacionales. Por último y no menos importante, se producirá un impacto negativo a nivel global, desalentando las inversiones de importantes empresas que ven con interés a la región; en especial, a Chile, al que consideran un mercado atractivo y de gran potencial.
A MODO DE CIERRE
El mercado chileno tiene todas las condiciones necesarias para que, a partir de un debate abierto, respetuoso y democrático entre los integrantes del sector del juego, se diseñe y apruebe una acertada regulación que favorezca el desarrollo preste y futuro, superando así las expectativas y proyecciones preliminares que puedan hacerse sobre los primeros años del devenir de este mercado, tal como lo ha demostrado el mercado colombiano del gaming.
Como mencioné al inicio de esta nota, tras el intento fallido de modificar la Constitución chilena, es hora de que la agenda política que busca limitar al sector se centre más en la regulación integral de las apuestas deportivas y el juego online en sus distintas modalidades, permitiendo una mayor apertura del mercado y una consolidación a futuro, a fin de evitar el actual descontrol, reducir la ilegalidad y favorecer a operadores, proveedores, jugadores y a la economía general del país.
———-
Acerca del autor
Jonathan Daniel Félix Vilchez es un ejecutivo con más de 20 años de experiencia en la industria de los juegos de azar en América Latina. Ha formado parte del staff de compañías internacionales con operación en Perú. Además, ha brindado asesoramiento a empresas globales con sede en los Estados Unidos, Europa y Asia para el desarrollo de negocios y proyectos en la región latinoamericana.
Vilchez es CEO de Global Business Company de Perú S.A.C., firma especializada en la consultoría y el desarrollo de negocios en el sector de los juegos de azar, servicios financieros y de valor agregado.