Por Cecilia García, periodista de G&M News.
Cuando tenía apenas 22 años, Elizabeth Romano recibió la visita de un primo de Italia que era director de una empresa y estaba buscando un abogado que hablara inglés para resolver un conflicto. Su “nono” -como ella lo llama cariñosamente- armó un almuerzo con lasagna y no dudó un instante en recomendarla. Romano estaba recién recibida y venía trabajando en el Poder Judicial. “Hasta ese momento, no había tenido ningún contacto con la industria del juego. Lo único que conocía era por haber ido al casino de Mar del Plata (Buenos Aires, Argentina) con mi mamá y mi papá cuando cumplí 18”, recuerda con alegría. A pesar de su corta edad, pudo solucionar el conflicto que le plantearon laboralmente y, a partir de entonces, empezó a trabajar para ellos. Era el año 1997.
Si bien ella comenzó haciendo auditorías de casinos, luego buscó ayudarlos a crecer a nivel comercial. Es que, además de ser abogada, la ejecutiva hizo una Maestría en Contratos Internacionales y se doctoró en Derecho Empresarial. “Eso me dio una base perfecta para poder concretar negocios con diferentes empresas, aunar sus necesidades y plasmarlas, a pesar de las diferentes legislaciones entre países”, explica.
EL AZAR QUE SE CONVIRTIÓ EN DESTINO
Aunque su temprano ingreso en la industria del juego fue fortuito, dice que nunca se le cruzó por la cabeza cambiar de rubro. “Sentí que era exactamente el lugar donde podría aplicar mis conocimientos, aprender y lograr grandes éxitos”, sostiene. Desde el inicio, le llamó la atención cómo el juego no estaba bien visto (incluso, sus padres intentaron disuadirla para que abandonara el sector). Ella veía que se hacía foco casi exclusivamente en la gente que apostaba, sin visibilizar todo el trabajo que existe detrás de eso. “Tuve la suerte de viajar a Las Vegas por 20 días a poco de empezar”, cuenta. Allí, pudo entender cuántas personas son necesarias para poner a girar la rueda de una industria que no ha parado de crecer.
Veintitrés años después, con cabal conocimiento de una industria tan versátil como dinámica, fundó TechnoGameCorp, una distribuidora de equipamientos y tecnologías para casinos enfocada en el mercado latinoamericano, que comercializa productos de TCSJOHNHUXLEY, compañía para la que trabajó más de 18 años. “Ponemos al alcance del operador los productos necesarios para hacer frente a la nueva era del gambling, donde todo es más tecnológico y virtual”, precisa, y aclara: “Éste siempre será el sector que el ser humano busca para divertirse, experimentar emociones y adrenalina, sentirse valorado y probar su suerte. Es parte de nuestro ADN. Por eso, el casino presencial es y seguirá siendo un lugar donde la gente quiere ir personalmente y tener las vivencias a flor de piel”.
UNA PROFESIONAL MUY CAPAZ
Cuando dio sus primeros pasos en el mundo del juego, los casinos eran un asunto casi exclusivamente de hombres. A Elizabeth eso no la detuvo. En ese sentido, considera: “La mujer ha aportado mayor organización desde antes de ocupar altos puestos gerenciales”, en una industria que comenzó siendo más de amigos y contactos, y luego se fue profesionalizando conforme se extendía por las distintas regiones del planeta.
Al respecto, se define como “una mujer con una muy larga trayectoria, que siempre ha estado un paso adelante a la hora de poner mi profesionalismo al servicio de los clientes. Me relacioné con empresas líderes del mercado, poniéndolas a disposición tanto de grandes operadores como de operadores de mediano y pequeño tamaño, observando la legalidad de cada uno de ellos, sin excepción, y el cumplimiento de las partes en los acuerdos y negocios pactados”.
OFRECER OPORTUNIDADES A LOS OPERADORES
Quienes han compartido tareas con ella la conocen como una ejecutiva muy responsable, que siempre cumple con lo que promete. La prolijidad y el detalle son dos de sus características salientes. Elizabeth hace hincapié en la importancia de realizar un exhaustivo seguimiento postventa, priorizando la cercanía con el cliente para asegurar los objetivos comerciales.
“Trabajar en la industria de casinos no es vender golosinas”. Ésta es una de sus frases predilectas. Desde un principio, decidió ofrecer su capacidad utilizando herramientas del derecho empresarial para abrir oportunidades a grandes empresas en lugares remotos, acercándoles productos con tecnología de punta.
AL GALOPE POR LA VIDA, A PURO ENTUSIASMO
Cuando no está en la oficina, a Elizabeth le gusta practicar equitación, un deporte que siempre le atrajo, pero que recién pudo disfrutar cumplidos sus 40. Hoy, está federada y compite en Panamá, donde se estableció en 2020 para estar más cerca de los países que visita cotidianamente por sus múltiples actividades comerciales. También tiene pasión por la jardinería, que realizaba junto a su hija cuando era chica. “Llegamos a tener árboles, flores, macetas y rincones románticos con cascadas de agua”, recuerda.
En torno al futuro, dice que, en lo personal, le gustaría disfrutar de su “juventud madura” y, en lo profesional, ver el constante progreso de su empresa TechnoGameCorp. “Para mí, participar en los proyectos de mis amigos y colegas operadores es conquistar logros que van muchísimo más allá de una recompensa monetaria. He abierto casinos enteros, he modificado sectores completos de salas o hecho simplemente un cambio de paños, agregado displays de mínimos y máximos en algún sector, y he logrado darle luz y vivacidad a lugares que no eran vistos en un layout de una sala. Todo esto no se consigue en un abrir y cerrar de ojos. Se logra dedicándole una enorme cantidad de tiempo y energía de tu vida a tu trabajo, porque simplemente te apasiona y te llena de gratificaciones”, cierra, contagiando su entusiasmo por la profesión y por la vida.
En una línea
Un libro: “La buena suerte” (Álex Rovira y Fernando Trías de Bes, 2004)
Una película: “Casablanca” (Michael Curtiz, 1942)
Música preferida: el pop actual
Un perfume: La Vie Est Belle, by Lancôme
Un lugar para vivir: Ciudad de Panamá
Un lugar para veranear: adoro conocer el mundo entero
Un lugar para comer: en casa
Una comida: ceviche
Una bebida: pisco sour
Un deporte: equitación
Un/a maestro/a o referente: mi padre
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