Por Alejandro Caminos, periodista, guionista y colaborador de G&M News.
¿Cómo surgió la idea de llevar el formato de la Liga Peruana de PES a Chile? ¿Qué tiene este modelo que le permite replicarse en otros países de Latinoamérica?
Entre 2010 y 2011, cuando nace la Liga Peruana, en Chile, ya se trabajaba con la comunidad existente de otra manera. En ese momento, también comenzó a hacerse popular la competición online. De esa forma, nació la idea de comunidad, que fue escalando con el pasar de los años. Empecé trabajando en el formato de Xbox 360 y, en 2015, aplicamos todo lo hecho en PlayStation 4. El uso de las redes sociales -en especial, Facebook, por ese entonces- nos permitió estrechar lazos con PES México, lo que derivó en la concreción de torneos interamericanos. Todo esto hizo que tuviéramos un gran impulso con la Liga Chilena de PES. A partir de ahí, armamos torneos presenciales, circuitos nacionales y demás, con la idea de preparar al gamer para que pudiera competir a nivel internacional. Con respecto al modelo de trabajo, el concepto siempre fue afianzar vínculos con los medios. Logramos tener como media partner a RedGol, un grupo importante del país. También conseguimos alianzas con casas de apuestas, Red Bull y demás. Todo esto se desarrolló con el objetivo de profesionalizar aún más la escena, lo que derivó en que nos uniéramos a clubes de fútbol. Éste es un modelo que, sin dudas, puede replicarse en varios países, pero primero debe sentar sus bases. Necesita mucho trabajo, orden y autogestión en su inicio.
A nivel global, FIFA sueñe ser el juego de fútbol por excelencia. En Perú, prefieren PES. ¿Qué sucede en Chile en torno a este popular título?
En Chile, el PES es rentable, vende muy bien y Konami nos ha hecho saber eso, así como que estamos bien organizados a nivel competitivo. Esto queda demostrado con los derechos de la Liga Chilena y la Selección Nacional con los que cuenta el videojuego, lo que te da una ventaja grande. Históricamente, la relación del PES con Chile ha sido bastante buena. Si bien no es el más vendido, sí es uno de los más populares. En 2014, la desarrolladora japonesa sacó una portada exclusiva para el fútbol chileno, cosa que no había hecho antes con otros países de LatAm. Mientras tanto, FIFA sólo puso a Arturo Vidal en una de sus portadas. Aquí hay mucho gamer acérrimo del PES y del Winning Eleven.
Recientemente, Santiago Wanderers se coronó campeón de la Liga Chilena de PES. ¿Cómo ves el hecho de que clubes tradicionales apuesten por los Esports? ¿Cuál puede ser su aporte a esta apasionante escena?
Wanderers es uno de los equipos más destacados en Esports en general y en PES, en particular. El precedente que están marcando los clubes de fútbol es muy importante, por la cercanía que logran con el hincha y la visualización que te pueden generar sus partidos. Eso le interesa mucho a las marcas, ya que generan una identificación, un movimiento de publicidad y de marketing. Es lo que sucede con League of Legends. Son conscientes de que necesitan hacer ruido rápido, crear interés y fanatismo por un videojuego. Eso se logra acercando a los clubes de fútbol. El sentimiento que te produce una de sus instituciones es inigualable. Por eso, es elogiable que los clubes apoyen los Esports, porque así ganamos todos.
¿Qué estrategias implementan para la captación de nuevas marcas?
Es algo super importante para los Esports. En Chile, es un tema más complejo que en otros países de la región. La realidad es que, aunque Chile es económicamente muy estable, las marcas son bastante arcaicas en su enfoque, y a la hora de decidir dónde poner dinero. Pienso que tienen inseguridad de apostar a los Esports porque no lo ven rentable o importante. Sí ha pasado que ciertas empresas entraron y lograron éxito. Las marcas son reacias. Por eso, la mejor manera de convencerlas es la profesionalización de la actividad junto con la de sus jugadores. Sería fundamental que existiera un ente regulador, con estatutos, una agenda y alta calidad en las transmisiones. Habría que llevar al campeonato a un esquema parecido al del fútbol real. Las marcas necesitan un espectáculo que se pueda vender. Es un trabajo arduo. Se necesitan constancia e ir paso a paso. Además, no dormirse en los laureles porque, lamentablemente, en los Esports, aparecen oportunistas que ven esto como un negocio y se aprovechan del jugador.
¿Cómo ves el hecho de que cada vez más casas de apuestas incursionen en los Esports? ¿Piensas que eso potenciará la actividad, en términos de difusión global y mayores ingresos para los jugadores?
Hace poco tiempo, tuvimos un acuerdo con la casa de apuestas deportivas online Coolbet. Ellos son inteligentes y saben que el público joven (mayor de 18 años) y los nuevos gamers siempre están conectados a Internet y pueden ingresar al mundo de las apuestas. Los Esports tienen una virtud: nunca se detienen, más allá del contexto. De hecho, fue la única disciplina que siguió funcionando en plena pandemia. Ahí, las casas de apuestas se dieron cuenta de que es un público que necesitan y que pueden captar. La mayoría de los jugadores ya está lista para competir, y dispone de una consola y una buena conexión a Internet. Poco a poco, las casas de apuestas comienzan a involucrarse más y a atraer a su público objetivo. Por otro lado, la apuesta en sí también se ve en los videojuegos. Por ejemplo, en FIFA, con los sobres de Ultimate Team, donde uno básicamente pone plata, compra un sobre y ve qué jugador le toca al azar. Ése es el público que las casas de apuestas necesitan. Incluso, hay gamers que utilizan estas casas de apuestas para ver estadísticas y resultados.
¿Cuál es tu mirada sobre la escena chilena de los Esports en comparación con el resto de Latinoamérica?
La escena chilena de Esports (y, en general, la de toda Latinoamérica) está un paso atrás con respecto a otras regiones. Europa se ha establecido muy bien y en LatAm cuesta un poco más. Las marcas son bastante reacias a incursionar y entonces se hace difícil avanzar. A nivel competitivo, Chile tiene grandes representantes en distintos juegos como Super Smash Bros., LoL y demás. La escena es complicada, pero hay muchas ganas de progresar, así que seguiremos trabajando con ese objetivo en mente.
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