Estamos a pocas semanas de celebrar los 200 años de la Independencia del Perú. Sin embargo, vivimos una coyuntura de incertidumbre y preocupación, ya que, después de 19 días de haberse llevado a cabo la segunda vuelta electoral, aún el Jurado Nacional de Elecciones no ha anunciado oficialmente al ganador. Esperamos que el órgano electoral resuelva este tema en los próximos días y el ganador asuma el Gobierno y la conducción del Perú con mucha responsabilidad.
La industria de juegos de azar tiene una atractiva proyección de desarrollo y crecimiento en los próximos 10 años, por lo que es necesario que los Gobiernos de América Latina tomen las medidas necesarias para impulsar este progreso. Hasta el año 2019, previo a la pandemia del COVID-19, la venta anual promedio de la industria en Perú ascendió a US$1.600 millones. La participación de mercado -según los reportes oficiales de la Dirección General de Juegos de Casinos y Máquinas Tragamonedas del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR), y los informes disponibles de compañías operadoras- muestra que más del 54% de esta cifra corresponde a la operación de casinos y tragamonedas, el 22% a las apuestas deportivas, el 6% a los juegos de lotería, el 5% a las carreras de caballos, mientras que un 13% promedio deriva del juego ilegal en diversas categorías.
EL APORTE DEL SECTOR
En los últimos veinte años, el Estado peruano ha recibido del gaming importantes ingresos a través de los impuestos establecidos por los derechos de explotación de las actividades reguladas. En el caso de los juegos de casino y tragamonedas, acorde a los reportes publicados por la Dirección General de Juegos de Casino y Máquinas Tragamonedas, en 15 años de regulación de la actividad, se obtuvieron ingresos en favor del Estado por más de US$900 millones. Por ejemplo, los juegos de lotería aportaron más de US$40 millones en favor de las Sociedades de Beneficencia Pública, que tienen contratos con compañías operadoras a cargo de la explotación de estos juegos. En resumen, hablamos de cerca de US$1.000 millones en ingresos por derechos de explotación en las últimas dos décadas. Sin dudas, son recursos clave para el Estado, por lo que consideramos urgente incluir en la agenda gubernamental un acertado plan de regulación que incentive el crecimiento de este sector.
Por la pandemia del COVID-19, en 2020, se produjo una crisis y caída en las ventas del sector, como en toda la región y el mundo. Sin embargo, las proyecciones de recuperación son alentadoras. Incluso, el formato retail tradicional y el canal online vienen generando una sinergia perfecta que favorece esta recuperación y el ingreso de nuevos jugadores, principalmente jóvenes, tendencia que se viene observando durante la evolución de la pandemia y la adaptación de la industria en toda la región.
OBJETIVOS A ALCANZAR
En nuestra visión para la evolución de la industria del juego en Perú, el Gobierno tendrá que avanzar en dos puntos muy importantes. Primero, promover el debate y la demorada aprobación en el Congreso del proyecto de regulación integral de los juegos operados por Internet y las apuestas deportivas. Se trata de un proyecto que ya lleva tres años en espera y que tiene como autor principal a la Dirección General de Juegos de Casino y Máquinas Tragamonedas. Segundo, crear una institución autónoma con jerarquía que supervise y regule la actividad de juegos de azar en el Perú, similar a su par Coljuegos en Colombia.
Lograr ambos objetivos es importante. El primero es vital para que se establezca el marco legal y jurídico que fortalezcan las bases de un mercado regulado que generará confianza, seguridad en inversionistas e importantes compañías internacionales; que se encuentran a la espera de esta regulación para ingresar al mercado peruano. En ese sentido miremos el efecto de la regulación en Colombia que ha logrado atraer inversionistas internacionales y consolidar las bases del desarrollo de su industria. El segundo punto también es necesario por la proyección de crecimiento de la industria en el que un ente regulador es necesario para gestionar y supervisar la actividad con un enfoque y visión de promoción del desarrollo del sector.
BUENOS INDICADORES A FUTURO
En nuestro análisis preliminar del mercado peruano, tomando en cuenta su potencial, entendemos que, en los primeros cinco años, un mercado plenamente regulado permitiría lograr una venta anual promedio que superaría los US$2.000 millones, con crecimiento proyectado a más de US$2.500 millones, generando ingresos para el Estado peruano por más de US$200 millones por año. Las proyecciones tienen un importante respaldo sustentado en el aumento de actividades comerciales directamente relacionadas, como el e-commerce, en el que, según estudios de consultoras internacionales especializadas que incluyen al Perú, prevén para este año en LatAm ventas por más de US$270.000 millones, con una estimación de crecimiento hacia 2024 que indicaría ventas superiores a US$590.000 millones, siendo las categorías líderes el gaming, el streaming y los marketplaces.
Finalmente, en el tema de prevención del lavado de activos y del financiamiento del terrorismo (LAFT), se ha avanzado significativamente. Es un área en la que el Estado, los operadores y el sistema financiero vienen asumiendo con responsabilidad y compromiso la titánica tarea de combatir y prevenir estas actividades ilícitas. Asimismo, las políticas de juego responsable y de prevención del juego problemático también muestran avances significativos que están generando conciencia en la sociedad peruana.