Llevábamos muchos años viéndolo venir. Decenas de empresas del canal presencial habían estado generando flujos de caja robustos y crecientes por décadas, dinero que se podría haber destinado a construir un futuro más sostenible y no tan dependiente de hábitos sociales fuertemente arraigados que se sabía estaban cambiando progresivamente a pasos agigantados. En paralelo, hubo otros empresarios más avispados y con mayor iniciativa que vieron la oportunidad. En los últimos diez años, ellos fueron desarrollando modelos de negocio y conceptos comerciales más en sintonía con los cambios socioeconómicos facilitados por la evolución de Internet, la ciencia de los datos y la computación en la nube.
La crisis del COVID-19, en realidad, no ha producido un cambio en el modo de entender la industria del juego. Simplemente, ha acelerado un proceso de cambio que ya venía en camino. Dada la actual coyuntura actual, y con la mayoría de las operaciones presenciales cerradas o a media máquina, sólo queda lanzar con urgencia un casino online/móvil. Por eso, el objetivo de la presente nota es poner de relieve los errores más comunes que he visto que las empresas tradicionales suelen cometer cuando quieren desarrollar las verticales digitales. Humildemente, mi aporte busca que estas firmas eviten esas equivocaciones en la gestión, y que la inversión que realizan no se convierta en un pozo sin fondo que devore todos los recursos que tanto han costado generar las operaciones presenciales.
LA EXPERIENCIA PRESENCIAL NO FUNCIONA EN EL MUNDO DIGITAL
La primera decisión a tomar es quién va ser la persona o equipo que gestionará la nueva línea de negocio, y no sólo eso, sino dónde va a estar ubicado físicamente este sector (si en las mismas oficinas centrales del negocio tradicional o en unas nuevas). Por lo general, si se decide dar la responsabilidad a un miembro del equipo gestor actual del canal presencial, por aquello de que todo siga en casa, brindándole una oportunidad de crecimiento profesional sin alterar demasiado la estructura de poder existente, lo que puede ocurrir es que la curva de crecimiento de ese nuevo equipo lleve un mínimo de 2 años. Esta filosofía ya no funciona, pues el mundo digital es todavía más competitivo que el presencial, con lo cual ese equipo no tiene prácticamente ninguna posibilidad de prosperar. Así, en las reuniones mensuales/trimestrales de presupuesto, encontraremos ‘cortinas de humo’. Se presentarán números espectaculares de crecimiento, indicadores escogidos aquí y allá para salir bien en la foto; se ofrecerán discursos en los cuales todo será maravilloso el próximo año, pero, en realidad, habrá un EBITDA negativo de caja, una salida constante de recursos y, en definitiva, se le estará pagando la fiesta al nuevo equipo, que aguantará en su puesto hasta que se les acabe la paciencia a los accionistas, que habrán pagado de su bolsillo el aprendizaje.
EL CONOCIMIENTO DEBE FLUIR DENTRO DE SU COMPAÑÍA
Otro tema que considero fundamental es la transmisión de conocimiento entre empleados de la misma empresa. En un mundo ideal, el conocimiento fluye sin inconvenientes. Todos aprenden y todos mejoran. Sin embargo, la experiencia nos dice que, cuando se lanza el casino digital, los responsables del nuevo negocio se vuelven absolutamente territoriales, es decir, montan un chiringuito aparte, no comparten información, y tratan de posicionarse como los niños bonitos de la empresa. Esta actitud genera una gran frustración entre los empleados más antiguos, aquellos que han construido la empresa y la han hecho crecer hasta donde está. Ellos entienden que se están malgastando los recursos de la firma, y también se sienten ninguneados, tanto a nivel de reparto de las futuras inversiones (el nuevo canal se lleva una gran cantidad de las mismas, sin tener que responder frente a los habituales criterios de rentabilidad), como en su propio status profesional y nivel de influencia interno. Incluso, muchos pasan a sentirse empleados de segunda categoría. Adicionalmente, aquellos que muestran interés por aprender, por lo general, son ignorados por los integrantes del canal digital, que ven ese conocimiento como el principal activo para mantener el nuevo status adquirido dentro de la compañía.
SÓLO ACEPTE A CONSULTORES DE PROBADO ÉXITO EN EL TEMA
Aunque esta cuestión da para mucho más, quisiera comentar finalmente el papel que cumplen los consultores en el lanzamiento del canal digital. En este caso, mi recomendación es nunca darle el contrato a nadie que no tenga experiencia real, comprobada y de éxito habiendo hecho eso antes para otro u otros operadores presenciales. En el contexto de Latinoamérica, los canales de juego digitales son algo relativamente nuevo, por lo que no ha habido tiempo para generar muchos profesionales con experiencia práctica en la puesta en marcha de casinos online para empresas físicas. Lógicamente, aparecerán ‘expertos’ que se reproducen como setas vendedoras de ilusiones, armados de slides llamativos en PowerPoint, y que hablan de oído, tratando de aprovechar la ignorancia, desesperación y desconocimiento de los operadores presenciales tradicionales.
En resumen, si su empresa piensa lanzar un casino online, antes de preocuparse por las consideraciones tecnológicas, disposiciones técnicas y asuntos regulatorios (todos ellos importantes, por supuesto), tenga en cuenta a quién va a escuchar, quién estará a cargo, y cómo el nuevo negocio afectará el ambiente laboral de su firma. Si toma decisiones correctas en estos tres aspectos esenciales, el proyecto tendrá muchas más posibilidades de éxito.
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