El Renacimiento marca la aparición del concepto del genio inventivo, un visionario lleno de ingenio que se las arregla para anticiparse y superar los límites de sus contemporáneos. Las innovaciones del Renacimiento tienen su origen geográfico en las ciudades europeas donde ya existían redes de información muy sólidas. Entre 1600 y 1800, el genio solitario cede su protagonismo al poder emergente de las redes y el comercio. Se produce sí una migración masiva de los hallazgos individuales hacia ideas creativas grupales. Los grandes descubrimientos emergentes provienen de entornos cooperativos.
Las ciudades comparten con Internet una característica esencial: son entornos líquidos por donde circulan con facilidad flujos de información según trayectorias múltiples e impredecibles, como en el cuento “El jardín de los senderos que se bifurcan”, del argentino Jorge Luis Borges. Estas interconexiones alimentan las buenas ideas, porque la mayor parte de las grandes ideas llega al mundo a medio hacer, en forma de intuición. Esta cualidad líquida genera redes que permiten crear entornos que facilitan que las ideas parciales se conecten entre sí, y al mismo tiempo, colaboren para completarse. Este tipo de redes tiende puentes que habilitan a tomar prestadas o compartir nuevas ideas y aplicarlas a entornos diferentes.
EL EJEMPLO DE LA BIOLOGÍA
La biología es una fuente inagotable de maneras de estructurar elementos y relaciones que luego son replicadas en el ámbito de las organizaciones y de la economía, provocando grandes innovaciones. Los arrecifes de coral se forman a partir de las estructuras de volcanes que, de a poco, se van sumergiendo en el mar. La evolución desde el genio renacentista a las redes colaborativas en Internet es la metáfora de los volcanes sumergidos en la aparición de las plataformas de colaboración. En su libro Las buenas ideas: Una historia natural de la innovación, el investigador norteamericano Steven Johnson describe cómo es la vida en un arrecife de coral. “Basta analizar durante unos minutos un arrecife de coral para darse cuenta de que, en ese espacio, abunda la competencia por los recursos… La lucha por la supervivencia es de naturaleza universal. Los pocos seres vivos que residen en el ecosistema de un desierto son tan competitivos como sus equivalentes del arrecife coralino. Pero si en este último se inventan tantas cosas, no es gracias a la lucha entre organismos, sino a la forma en que éstos han aprendido a colaborar, la forma en que la zooxantela , el coral y el pez loro toman prestado y reinventan el trabajo de los demás. Hete aquí la explicación a la paradoja de Darwin: si el arrecife ha abierto tantas puertas a lo posible adyacente es gracias a su forma de compartir”, explica.
EL CASO DE LA PLATAFORMA GITHUB
Una clara muestra de esta adaptación de la biología a la vida empresarial es GitHub, la plataforma de código abierto y desarrollo colaborativo para crear software. Esta plataforma funciona como un arrecife de coral: el ecosistema se autoabastece, un usuario (especie) elige el software (nutriente) que necesita, se descarga, se adapta a las necesidades específicas (alimentación para el crecimiento) y se suben estas mejoras a la biblioteca de GitHub (generación de nutrientes para otras especies). Al igual que la zooxantela y el coral que utilizan los nutrientes generados por el otro para su propio crecimiento, esta plataforma permite progresar más rápido al aprovechar las mejores creaciones de software de colaboración utilizando la inteligencia que existe dentro y fuera de una organización. En septiembre de 2014, Microsoft decidió poner en GitHub el código abierto de “.NET”, su plataforma exclusiva y cerrada para desarrollar software, para ver qué podía añadir la comunidad. En seis meses, Microsoft contaba con más gente trabajando en forma gratuita en .NET de la que había tenido la empresa desde que su lanzamiento. La versión Mac de .NET fue creada de esta forma. Al analizar la estructura, advertimos que
GitHub es un sistema de control de distribución de versiones. Cualquiera puede contribuir y la comunidad decide, a la manera darwinista, quién tiene la mejor versión para la supervivencia. Si a esta plataforma le adicionamos toda la potencia de la tecnología cloud, que permite que estos instrumentos y componentes estén disponibles a través de código abierto y pueden ser agregados mediante API, entonces, sólo se trata de diseñar la manera de combinarlos para crear valor para el cliente.
EL CAMINO DE LOS JUEGOS DE AZAR
La primera referencia a un juego de cartas viene de mediados de la dinastía Tang, dinastía imperial de China que gobernó desde 618 hasta 907, con un interregno entre 690 y 705. El producto se derivaba de la invención del papel. Mucho tiempo antes, en el 3000 a.C., habían surgido los dados, tanto en China como en la región de la antigua Mesopotamia. Claro que los dados tal cuales los usamos en la actualidad recién aparecieron mil años más tarde, en la antigua civilización egipcia. Muchos siglos después, el Renacimiento representó el verdadero desarrollo y afirmación de los juegos de azar. Incluso, dio origen a la creación de los casinos y el poker. En 1638, en Venecia, Italia, se abrió el primer casino público, llamado el Ridotto di San Moisè. El origen del juego de la ruleta se remonta al siglo XVII. El matemático Blaise Pascal, de origen francés, diseñó la versión primitiva del juego que conocemos hoy. En el siglo XIX, los hermanos François y Louis Blanc instalaron mesas de juego en el casino Monte Carlo.
La evolución de estos juegos de azar tiene como elemento en común que surgió a partir de mejoras sobre lo ya construido. No fueron innovaciones disruptivas las que marcaron el camino. Esta progresión ha sido similar a la del arrecife que se va formado sobre los pólipos inertes del coral. En 1895, apareció una nueva especie en los arrecifes de los juegos de azar, cuando el mecánico californiano Charles Fey inventó en San Francisco una máquina tragamonedas parecida a las actuales, a la que dio el pomposo nombre de ‘Liberty Bell’ (Campana de la Libertad). Las tragamonedas se convirtieron en el sector de los juegos de azar que incorporó mayor cantidad de elementos tecnológicos provenientes de otras industrias. Desde el ‘electrojector’, máquina capaz de rechazar todo aquello que no fuera una moneda de curso legal, hasta las pantallas táctiles y el lector de tarjetas, pasando por la memoria EPROM (Erasable Programmable Read-Only Memory, Memoria ROM programable borrable) y el software para el funcionamiento de las máquinas, este derrotero es una metáfora de la relación entre la zooxantela y el coral en los arrecifes coralinos. Con el crecimiento de Internet y el desarrollo exponencial de las capacidades de almacenamiento digital, nació el mundo del iGaming, creando una red líquida para la colaboración entre proveedores y operadores, lo que permitió generar mayor valor añadido para los apostadores.
Hasta aquí, se ha demostrado que la creatividad en los juegos de azar y en el resto de las industrias ha seguido un sendero evolutivo similar. Nacieron con el genio renacentista para crecer hasta conformar plataformas tecnológicas de colaboración. De esta manera, hemos llegado al final del camino, pero el viaje no ha terminado. Un nuevo sendero se abre ante nuestros ojos: la elaboración de una plataforma, al estilo GitHub, que permita seleccionar los mejores inventos lúdicos. El rasgo innovador más significativo de esta senda será, tal vez, la participación de los jugadores en la creación de contenidos mediante aportes basados en sus propias experiencias.
EL VERSO DEL RESUMEN
Muchas lecciones nos enseña la naturaleza.
Modelos de convivencia, solidaridad y colaboración.
Maestra suprema del orden y la organización,
muestra cómo superarse al ser humano y a la empresa.
La creatividad del genio renacentista
que produce avance y progreso
necesita más la colaboración que el embeleso,
para que su obra el paso del tiempo resista.
Esta vida moderna tan hiperconectada
fomenta que las ideas circulen rápidamente,
generando plataformas de colaboración.
Tomar lo mejor de cada obra creada,
mejorarla y compartirla con la gente
es el camino directo hacia la innovación.