¿Cómo nacieron tu relación con los videojuegos y tu pasión por la música?
Creo que el primer recuerdo de mi vida es mirando una Atari. Siempre me fascinó el concepto de los videojuegos porque son historias que dependen de nosotros mismos. Ellos me significan música, colores, responsabilidad, acción, adrenalina al máximo y un largo camino.
¿Qué nos puedes contar sobre el proceso que dio lugar a la aparición de Power Up? ¿Cómo lograron constituirse para ser una de las bandas del gaming más originales, innovadoras y renombradas?
Power Up nace del corazón de un fan como yo, que dio la casualidad de que también es músico. Desde el día uno, nuestro objetivo fue claro: llevar la música de videojuegos que amamos al nivel profesional que se merece, un nivel al que sólo acceden nuestros recuerdos más preciados. Conozco la sonrisa de un fan que conecta con una canción y recuerda: ‘Ésta es la música del juego que disfrutábamos con mi hermano en lo de la abuela’. Tocar esas fibras sentimentales es una responsabilidad. Cuando está bien hecho, la euforia es total.
¿Por qué los videojuegos crecieron exponencialmente en estos últimos años? ¿Cuánto cambió la sociedad y su visión respecto a ellos?
Los videojuegos crecen y se perfeccionan como cualquier otro arte. Es bueno entender que sí, los videojuegos son un arte, como el cine y la música. Lo más importante del arte es lo que representa en el corazón de quien lo aprecie. Por eso, no hay ‘juegos buenos y malos’. Excepto Superman64; ese juego es malo, malo de verdad (risas). Las obras de teatro, las películas, incluso los conciertos suelen tener un comienzo y un final (salvo Power Up). Actualmente, es algo relativamente común encontrar ‘caminos alternativos’, según las decisiones que tengamos que tomar en nuestra aventura. Incluso siendo sutiles, esa sensación sólo se consigue en el mundo de los videojuegos. Si a esto lo combinamos con buena música y gráficos atractivos, la empatía hacia la obra es absoluta.
Hoy, los argumentos de los videojuegos comprenden tramas mucho más complejas. En este sentido, ¿qué rol ocupan la música y las bandas sonoras en el disfrute de esas aventuras? ¿Consideras que la música logró mayor protagonismo? ¿Por qué?
¿Alguien puede imaginar el stage 1 de Mario Bros sin su música? Nadie. ¿Sería lo mismo la película Volver al Futuro sin sus piezas magistrales? Tal vez, podría haber sido una muy buena película, pero no creo que hubiese alcanzado la etiqueta de ‘legendaria’. La música es central en los procesos artísticos; es la traducción sonora de la emocionalidad. Recursos como el leitmotiv personifican melodías y construyen nuestros lazos con los personajes. En síntesis, la música es todo.
¿Qué bandas sonoras de juegos marcaron un antes y un después, según tu óptica?
El japonés Nobuo Uematsu (Final Fantasy) siempre me pareció un compositor versátil. Creo que me impregné de varias de sus mañas. Nintendo suele tener excelente música, incluso cuando la tecnología presentaba limitaciones a los compositores. Realmente, no podría elegir una; me es muy difícil.
¿Qué piensas sobre el desarrollo de los videojuegos en Argentina y en la región latinoamericana?
Sé que hay personas muy talentosas, pero creo que, en cuanto a la planificación general, hay mucho trabajo por hacer.
Los Esports son una de las pocas industrias que, con la pandemia, maximizaron sus números y tuvieron un enorme crecimiento. ¿Cómo imaginas el futuro de esta modalidad?
Los Esports ya existían cuando yo era chico, pero no había servicios de streaming. Siempre hubo torneos barriales de todo tipo de juegos. Las facilidades tecnológicas simplemente potenciaron el suceso y le dieron un marco más comercial. No le veo techo a esa pasión.
También, eres docente. ¿Qué conocimientos buscas inculcarles a tus alumnos?
Lo pienso más en términos de valores y estímulos: pasión, conocimiento y responsabilidad. Somos músicos porque no podemos ser otra cosa. Está en nuestros genes. Pero sin técnica, no podemos liberar nuestra música interior. Si no entregamos nuestro mayor esfuerzo, estamos haciendo mal el trabajo. Es una actitud que tiene que ver con el respeto hacia el público, nuestros colegas, y hacia nosotros mismos.
¿Qué planes a futuro tienes en mente para ti y para Power Up?
Espero que pronto podamos volver a tocar. El escenario es el único lugar en el mundo donde un músico puede respirar hondo y cargarse de energía. Llevamos mucho tiempo sin esa magia y extrañamos a nuestra gente. Sé que volveremos con un show más grande que nunca, dejando atrás esta horrible pesadilla. Siempre tenemos una vida extra.