Panamá ha vivido una situación particular, con el cierre de salas de juego durante varios meses del año pasado debido al Coronavirus, y luego, otro cierre entre diciembre de 2020 y marzo de 2021. Se calcula que, en 2020, hubo una caída del 72% en cantidad de apuestas frente a 2019. ¿Cuál es su evaluación sobre esta situación crítica? ¿Cree que, durante 2021, se podrán ir recuperando los habituales ingresos del sector?
En 2020, estuvimos prácticamente cerrados casi todo el año. Sólo el mes de noviembre pudimos abrirlo completo, pero con muchas restricciones, por lo que fue prácticamente un año sin ingresos, o con un 90% menos de ingresos en relación con 2019. Con respecto a 2021, recién llevamos un mes desde que volvimos a abrir. La verdad es que seguimos con incertidumbre por lo que puede llegar a pasar. Esperamos poder seguir estando abiertos, aunque sea con restricciones y con toque de queda. No hay dudas de que 2021 será también un año difícil, en el que no volveremos a recuperar los ingresos que tuvimos antes de la pandemia. Habrá que volver a comenzar en todo sentido.
Durante la cuarentena, mucha gente (incluso clientes de su casino) se volcó al juego online. ¿Qué estrategias han desarrollado para volver a atraer a la sala a los habituales visitantes y cómo están intentando captar a jugadores de demografías más jóvenes?
No tengo referencia sobre los números del juego online, pero está claro que, en efecto, los clientes se volcaron hacia ese canal durante los meses que estuvimos cerrados. Nuestra estrategia seguirá siendo siempre integral en diversión. Somos un centro de entretenimientos que tiene diferentes tipos de clientes, de distintas edades. Realizamos estrategias de captación para todos los clientes. Cada área varía una de la otra y requiere de mucha creatividad e innovación para poder atraer a los jugadores.
¿Cómo es vista la industria por el Estado? ¿Qué ayuda está recibiendo el sector para absorber el impacto de la mencionada crisis y la fuerte baja de ingresos?
Creo que el Estado, por medio de Junta de Control de Juegos (JCJ) de Panamá, está haciendo un excelente trabajo. Apoya al sector en todas las formas posibles y estuvo muy activo para poder darnos facilidades en los tiempos más duros de la pandemia. Por todo esto, pienso que la industria está bien vista por el Estado y no tengo la menor duda de que seguirá apoyándonos en todo lo que esté a su alcance.
Tratando de imaginar un enfoque positivo que supere a futuro este panorama, desde una mirada regional, ¿qué expectativas tiene para el gaming en Centroamérica y el Caribe?
Intento ser positivo y pensar que la mayoría de las operaciones pueda seguir adelante y recuperarse de esta etapa tan difícil para la industria. Seguramente, habrá algunas compañías que se quedarán en el camino. Entiendo que al sector le va a costar muchos años retomar el nivel que tenía antes de marzo de 2020. Imagino y espero que 2023 sea el año en el que recuperemos los indicadores habituales y volvamos a normalizarnos en ese aspecto.
¿Cuán importante es que existan espacios de diálogo y debate entre pares como el que promueve G&M News, que se llevará a cabo el próximo 6 de mayo con operadores de juego presencial de América Latina y España?
Pienso que siempre es importante poder debatir y aprender de otros operadores del mundo. Son espacios necesarios y deberíamos tenerlos de forma regular. Es la primera vez que voy a participar en este tipo de actividad y espero que sea de mucho provecho para todos/as los/as ejecutivos/as asistentes.
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