¿Hubo prolijidad y respeto a los protocolos en el proceso de reapertura de las salas en República Dominicana? ¿Qué respuesta se vio de parte de los jugadores? ¿Cómo han manejado los 56 casinos dominicanos la seguridad de empleados y clientes?
La verdad es que hubo un poco de todo. Algunos operadores fueron sumamente cuidadosos en la aplicación de los protocolos sanitarios, y otros, pues no tanto. Los jugadores han respondido muy bien; han respetado las normas y han acudido a los casinos con relativa fluidez. El sector del juego es plenamente aceptado por la sociedad dominicana. En cuanto tuvieron la oportunidad, regresaron a las salas. Entonces, en resumen, no hubo una respuesta homogénea por parte de la industria dominicana de casinos ante la pandemia, ya que tenemos todo tipo de operadores, con diferentes niveles de profesionalidad e infraestructura. En líneas generales, podría decirse que estuvimos a la altura del reto, y supimos dar una respuesta adecuada, tanto a nuestros funcionarios como a nuestros clientes.
¿Cómo evalúa la tarea de la Dirección de Casinos y Juegos de Azar y de la Asociación Dominicana de Casinos de Juego para defender los intereses del sector? ¿Cómo es vista la industria por el Gobierno local? ¿Hubo algún tipo de ayuda económica al sector para paliar la crisis por el COVID-19?
Pienso que ambas entidades vienen desarrollando un gran papel, tanto para promover los intereses de la industria como para sumar a los casinos a la oferta integral de entretenimiento que ofrece el país a sus ciudadanos y a los turistas de todo el mundo que nos visitan. Si lo comparamos con otros países de la región, sin duda, la visión que el Gobierno local tiene de la industria es mucho más inteligente y honesta que en la mayoría de los territorios que nos rodean. Somos un gran generador de empleos de calidad y de recaudación fiscal y, como tal, somos un miembro de pleno derecho de la comunidad empresarial. No tuvimos ninguna ayuda especial como empresas en sí, aunque el Gobierno dio apoyo a nuestros funcionarios que se quedaron sin empleo como consecuencia de la pandemia. Hay que entender que al Gobierno dominicano no le sobran los recursos. Consideramos que hizo todo lo que pudo, dentro de sus capacidades.
El Estado dominicano estima que por año pierde alrededor de $900 millones por juego ilegal. ¿De qué manera se intenta combatir ese flagelo?
Se intenta a través de las inspecciones e incautación de equipos de juego. Los empresarios informales tienen que entender que el Gobierno no hará la vista gorda, y que el juego ilegal, sin licencias, y que no paga sus correspondientes impuestos, no tiene ningún papel dentro de la industria.
Los operadores han visto reducida su actividad en varios frentes. A nivel externo, siendo un país receptor de turismo, por la falta de visitantes debido a la pandemia. Internamente, se limitó la capacidad de las salas para recibir gente, además de la imposibilidad de ofrecer espectáculos y de efectuar otras acciones complementarias al juego en una sala. ¿Cómo está haciendo el sector para planificar un camino de progresiva recuperación en este difícil contexto?
Por el momento, se están ajustando las plantillas de personal, se están posponiendo inversiones, tales como las renovaciones de los parques de máquinas, y las reformas de las instalaciones físicas. Hoy, se está operando con lo que se tenía. Sin embargo, somos optimistas. A medida que se vayan eliminando las restricciones y el flujo de clientes retorne a la normalidad, volveremos a tener la dimensión de negocio previa a la pandemia, y acometeremos los proyectos de mejora que teníamos previstos.
¿Cuáles serán los ejes de su exposición como panelista en el próximo webinario del 6 de mayo sobre ‘Operadores de Juego Presencial’, organizado por G&M News?
Los ejes serán fundamentalmente tres: 1) la mejora de la experiencia del cliente; 2) el desarrollo de una estrategia de omnicanalidad para operadores presenciales, y 3) la introducción progresiva de máquinas de juego en vivo electrónicas en los casinos de LatAm. Bajo mi punto de vista, la pandemia tiene que servirnos a los operadores de juego presencial como un toque de atención para robustecer nuestro modelo de negocio, e incorporar más rápidamente toda una serie de elementos que hagan que nuestras operaciones sean más resilientes.
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