La explosión del iGaming durante la pandemia ha llevado a que las empresas del sector deban procesar cada vez más transacciones en línea. De hecho, los expertos predicen que esta tendencia aumentará un 21% a fines de 2021. Consecuentemente, esto también disparó los fraudes transaccionales. Incluso, por intentar bloquearlos, muchas veces, los comerciantes terminan rechazando operaciones legítimas. Esta situación se está convirtiendo en un problema más costoso que el fraude en sí mismo
Cualquier empresa que acepta pagos en línea corre el riesgo de sufrir un fraude. Por ejemplo, la Encuesta de Control y Fraude de Pagos de AFP de 2020 encontró que el 81% de las organizaciones fue blanco de fraude de pagos en 2019. Tan sólo en 2020, el fraude con tarjeta no presente (CNP, por sus siglas en inglés) costó a las empresas US$35.540 millones en todo el mundo. Asimismo, de acuerdo con Review 42, se prevé que el fraude CNP se eleve un 14% para 2023, con pérdidas para los minoristas que ascenderían a US$130 mil millones. En Argentina, los delitos informáticos treparon un 60% en 2020, siendo el fraude la categoría que más creció, según datos de la Asociación Argentina de Lucha Contra el Cibercrimen (AALCC). El incremento que se observa es notorio, ya que el 60,28% de los delitos informáticos de los últimos cinco años se reportó en 2020, con denuncias que ascendieron un 61,12% con respecto a 2019.
El fraude bancario y de e-commerce son los delitos más comunes, con métodos como el robo de datos e información mediante el uso de logotipos de entidades y empresas, llamadas telefónicas o diversos mecanismos de captación. Es habitual que esta clase de delito no sea denunciada, por lo que las estadísticas resultan aún más preocupantes. Los aumentos significativos en los ataques de fraude están causando grandes pérdidas para las empresas de nivel medio a alto, y este tipo de ataques se produce también en las PyMES en línea.
CÓMO PROTEGERSE DE ESTOS DELITOS
En América Latina, incluyendo la Argentina, las compañías de juego online tienen la posibilidad de disponer de servicios empresariales de Inteligencia Artificial que proveen la infraestructura necesaria para protegerse de transacciones fraudulentas y ahorrar los grandes costos de prevención que éstas generan. Una de las plataformas líderes es Vesta, que comenzó en 1995 como pionera en el procesamiento de transacciones de pago CNP totalmente garantizadas para la industria de las telecomunicaciones. Desde entonces, ha ampliado su destacada posición, garantizando pagos digitales seguros. La compañía tiene sede en Portland, Oregon (Estados Unidos), y oficinas adicionales en Atlanta, Irlanda, México y Singapur.
Vesta -cuya agencia de prensa es la reconocida firma Sherlock Communications– es la única plataforma que lucha contra el fraude, con un aprendizaje automático sustentado en 25 años de obtener datos globales en las redes móviles más grandes del mundo. Su gráfico patentado de conocimiento de fraude elabora conexiones en tiempo real entre 2 billones de puntos de datos para realizar una evaluación de riesgo precisa en milisegundos. Los modelos de Vesta son tan precisos que aprueban más del 97% de todas las transacciones y asumen el 100% del costo del fraude por cualquier transacción aprobada. Como resultado, Vesta reduce el costo del fraude a cero.
FUTURAS TENDENCIAS Y SOLUCIONES
Está claro que, en una perspectiva orientada a los próximos años, la evolución de las soluciones de pago en línea es inevitable. Las tendencias de pago digital prometen transacciones más seguras y rápidas, con las tarjetas bancarias esforzándose por mantener el control del mercado de pagos, pese a la aparición de nuevas tecnologías. En ese sentido, algunas tendencias de pagos en línea para 2021 son los pagos digitales sin contacto, las tarjetas de crédito biométricas y un mayor enfoque de las empresas Fintech en transacciones entre empresas (B2B).
Para todas estas formas de pago en línea, las soluciones de Inteligencia Artificial se centran en detectar el fraude antes de completar las transacciones, lo que reduce sus costos operativos y ofrece diversos beneficios, tales como: a) Identificación de cargos fraudulentos: la Inteligencia Artificial permite distinguir entre transacciones fraudulentas y legítimas; b) Prevención del robo de identidad: la verificación de los clientes ayuda a prevenir la divulgación involuntaria de información personal y transacciones fraudulentas; c) Prevención de estafas de marketing fraudulento: los delincuentes pueden secuestrar la publicidad de las empresas y usarla en sus estafas. Una vez más, la Inteligencia Artificial puede monitorear estas tácticas y proteger el espacio publicitario de la empresa; y d) Disminución de falsos positivos: si los sistemas de detección de fraudes de las empresas carecen de la sensibilidad adecuada, corren el riesgo de rechazar clientes legítimos.
Como solución líder y utilizando el aprendizaje automático, Vesta aumenta las aprobaciones de ventas legítimas para sus clientes, al tiempo que elimina las devoluciones de cargo y otras formas de fraude digital. La empresa reduce el costo real del fraude a cero al asumir el 100% del costo del fraude para cualquier transacción que apruebe, de modo que los clientes puedan escalar con confianza y aumentar sus ingresos sin riesgo.