Acabamos de cumplir un año del cierre total de la industria del juego en México. Lo que, al iniciar el año 2020, parecía una lejana crisis sanitaria con epicentro en el continente asiático, se transformó en una de las peores pandemias que la Humanidad haya vivido en estos tiempos globalizados. Nadie imaginaba que el mundo se fuera a confinar, que los Gobiernos fueran a decretar el cierre de las actividades económicas, sociales y culturales de sus respectivos países, y que, un año más tarde, estuviéramos todavía resistiendo en medio de la incertidumbre, lamentando las pérdidas de familiares, amigos y otros conocidos.
De forma casi simbólica, el año 2021 comenzó con una luz de esperanza, nutrida por el inicio de un largo y complejo proceso de vacunación masiva que debería desembocar, más tarde que temprano, en el rompimiento de la cadena de contagio que ha convertido este virus en una plaga sin frontera. Para nuestro sector, el pico de contagios de enero de este año convirtió el primer mes del año en una pesadilla. Numerosos fueron los Estados y municipios que optaron por volver a decretar el cierre de los negocios, conforme los semáforos sanitarios volvían a parpadear entre el anaranjado y el rojo, regresándonos a situaciones que pensábamos haber superado meses atrás.
REAPERTURAS: UN PROCESO QUE HA VUELTO A ARRANCAR
Por fortuna, tras meses de trabajo y múltiples reuniones con autoridades sanitarias, gobernadores y presidentes municipales, nuestras salas han empezado a reabrir. Al momento de escribir estas líneas, solamente Baja California Sur y sus seis casinos quedan por retornar a sus actividades. Aunque fuera con fuertes restricciones, lo esencial y apremiante era volver a funcionar lo antes posible. Nuestros empleados y negocios lo exigen a gritos. Además, desde hace muchos meses, la industria en su conjunto ha desarrollado un protocolo que supera todas las normas requeridas, no solamente por parte de las autoridades sanitarias federales de nuestro país, sino también por los más altos estándares impuestos a nivel internacional. De hecho, desde que las primeras salas abrieron sus puertas, no se ha reportado ningún contagio dentro de las instalaciones, ni tampoco entre empleados ni operadores. Jugar en los casinos de México es seguro.
Ahora, nuestra siguiente batalla tiene que enfocarse en cuatro frentes: 1) aumentar los aforos; 2) incrementar los horarios de apertura; 3) permitir la entrada a los adultos mayores, ya que han recibido, en su gran mayoría, sus dos dosis de vacuna; y finalmente, 4) ser ejemplares en el cumplimiento estricto de los protocolos sanitarios.
IMPACTO Y PERSPECTIVAS
No cabe duda de que la industria del entretenimiento en general, y la del juego en particular, ha sido uno de los segmentos más golpeados por esta emergencia sanitaria. Fue la primera en cerrar y la última, o casi, en reanudar actividades. A estas alturas, realizar un balance preciso del impacto sigue siendo un ejercicio muy complicado, aunque podemos estimar que los ingresos generados durante 2020 representan, en el mejor de los casos, una merma de cerca del 30% en comparación con el año anterior, con sus consecuencias obvias sobre el empleo y la recaudación fiscal. No obstante, esperamos una paulatina recuperación en el segundo semestre de 2021 para alcanzar una estabilidad sostenida a mediados de 2022.
Si bien la crisis nos golpeó a todos, en particular, a raíz del cierre de las principales ligas deportivas al inicio de la pandemia, los empresarios especializados en el segmento del juego online lograron, en su gran mayoría, desarrollar adecuaciones tecnológicas a sus productos, mostrando innovación, creatividad y mucho compromiso. Esto les permitió amortiguar mejor el golpe y sostener cierto crecimiento, a pesar del ambiente generalizado de crisis.
UN ESPERANZADOR CAMBIO DE ACTITUD DEL REGULADOR
No hay dudas de que 2021 es y será un año difícil. Sin embargo, existen horizontes prometedores en los que podremos acelerar esta recuperación con renovadas y fortalecidas bases. En efecto, analizando la realidad fina del sector, se están viendo iniciativas de parte del ente regulador del juego en México, la Secretaría de la Gobernación. A través de su Dirección General de Juegos y Sorteos, encabezada por la Mtra. Alma Itzel de Lira, estas acciones tienden a recopilar las sugerencias de todos los actores de la industria para, en el corto plazo, elaborar un nuevo proyecto de ley que venga a sustituir el obsoleto marco vigente, promulgado en 1947. Lograr este importante paso, pospuesto en múltiples ocasiones, ofrecería una seguridad jurídica a los inversionistas y empresarios del gremio, abriendo una nueva fase en el desarrollo del gaming en México.
La otra vertiente que calificaría de positiva ha sido la unidad gremial. De cara a la crisis, y haciendo abstracción de las diversas afiliaciones, la industria ha logrado instalar sólidos canales de comunicación para impulsar, de forma consensuada, un frente común para encarar el futuro con mayor decisión y respaldo. Juntos saldremos adelante, a partir de una industria unida, más robusta y lista para mirar con esperanza hacia adelante.